Christian

Un desarrollador habla de su rutina laboral en Weiss Technik

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Christian trabaja para el grupo Schunk desde 2012. Tras ocupar diversos cargos dentro y fuera de Alemania, el ingeniero en tecnología de refrigeración es ahora director de desarrollo de sistemas de simulación medioambiental en Weiss Technik. En esta entrevista habla de su rutina laboral y del reto que supone tener buenas ideas al momento.

Christian, ¿cómo se le ocurren las buenas ideas?

Principalmente conversando con colegas y clientes. Pero también en ferias, conferencias o reuniones. Gracias a nuestra afiliación a determinados comités de normalización, también nos enteramos pronto de los cambios en las normas y podemos modificar o rediseñar nuestros productos con antelación. Por otro lado, las ideas me vienen a veces mientras conduzco o me ducho.

¿Cómo funciona el trabajo en equipo?

Cada desarrollador tiene sus propias especialidades, que se complementan en el equipo. Los problemas rara vez se resuelven por sí solos: mantenemos un animado diálogo y nos ayudamos los unos a los otros. Las reuniones regulares con todos los miembros del equipo son importantes. En ellas han surgido muchas buenas sugerencias y soluciones, incluso de colegas que no participan en el proyecto actual.

¿Cómo se llega de una idea a un producto acabado?

En primer lugar, nos preguntamos: ¿La idea beneficiará a nuestros clientes, permitirá simplificar la producción? ¿Nos preparará mejor para el futuro o nos hará más eficientes? ¿Podemos llevar la idea a la práctica? ¿Tendrá éxito en el mercado? ¿Cuál es la relación coste-beneficio? Luego realizamos un estudio preliminar y efectuamos búsquedas de patentes y comparaciones competitivas. Aunque el estudio preliminar arroje un resultado negativo, habremos adquirido una experiencia importante. Si el resultado es positivo, llevamos el proyecto a la práctica. Cuando finalmente hay un folleto impreso y un cliente compra el producto, es una gran motivación para todo el equipo.

¿Hay algún proyecto destacado?

Actualmente estamos revisando varias series, incluida una cámara de ensayos climáticos, lo cual es, sin lugar a dudas, uno de nuestros proyectos más extensos. Para mí, personalmente, hubo otros buenos proyectos, como el nuevo desarrollo de la cámara de ensayos de corrosión Salt Event. La cámara fue comprobada de manera independiente por el Instituto Fraunhofer, que ha confirmado nuestros excelentes datos de rendimiento, una ventaja frente a la competencia.

¿Qué hace para que se le ocurran ideas?

Principalmente, aprovechamos la interacción y la experiencia del mayor número posible de colegas, por ejemplo en talleres. En ellos, recurrimos a la experiencia en proyectos previos. Yo personalmente suelo trabajar con mapas mentales.

¿Plantean también los clientes requisitos para los que se buscan soluciones?

Sí, eso es algo muy frecuente y muy valioso para nosotros. Así descubrimos qué desarrollos quiere realizar el cliente y qué ensayos son realmente relevantes. El potencial de mejora se comenta a menudo con los colegas del departamento de servicio, lo que resulta muy útil. También enviamos prototipos a los clientes, que los hacen funcionar y los someten a ensayos en condiciones reales durante cierto tiempo.

¿Ha habido alguna vez un proyecto que no haya funcionado?

Por supuesto, esas cosas pasan. En ocasiones, los clientes tienen requisitos para un producto que son físicamente imposibles de cumplir. Por ejemplo que se debe mantener en el aire medio kilo de polvo durante un ensayo sin instalar un sistema de ventilación. También hemos tenido buenas soluciones, aunque técnicamente complejas y difíciles de vender.